sábado, 6 de diciembre de 2014

NEURODESARROLLO Y FUNCIONES COGNITIVAS



En el proceso de maduración cerebral las neuronas llevan a cabo diferentes procesos neurobiológicos. Así muchas sinapsis pueden ser generadas (sinaptogénesis), otras pueden ser eliminadas (prunning), pueden generarse nuevas conexiones en los mismos terminales o en terminales cercanos a los de otras neuronas (dendrogénesis), pueden conectarse nuevas neuronas distantes entre sí (mielogénesis) o muchas conexiones pueden ser estructuradas y/o afianzadas en base a la información sistemática recibida y por último pueden también generarse nuevas neuronas (neurogénesis).

Estos procesos neurobiológicos tienen una enorme importancia para la enseñanza puesto que la gran mayoría de este incremento espectacular de conexiones neuronales no tienen una finalidad específica y solamente la estimulación ambiental conseguirá una dirección concreta sobre todo mediante el posterior podado o prunning, bien sea cuantitativo en cuanto al número de sinapsis, o cualitativo en cuanto a la calidad de las conexiones. La eliminación de sinapsis no se da uniformemente en todo el cerebro, sino que varía en función de áreas concretas, por ejemplo las áreas frontales, tan importantes en el proceso educativo, sufren un paulatino podado hasta la adolescencia o inclusive más tarde. Es más, durante el período adolescente estas áreas anteriores son las que más profundos cambios soportan en comparación con las áreas posteriores del cerebro. Ello significa que la enseñanza en esta etapa de la vida es de suma importancia pues ofrece la oportunidad de definir aquella dirección en la que el cerebro va a mejorar sus conexiones con diferentes áreas cerebrales fortaleciendo unas y debilitando otras.

El cerebro se modela con la actividad que se realiza. La Universidad de Londres en estudios del 2000 comprobó que los taxistas mejoraban cada año el hipocampo, la región que regula la memoria espacial. En 2002 comprobaron en Alemania que los músicos tenían más desarrollada la circunvolución de Heschl. En 2004 se verificó lo mismo en personas bilingües. La conclusión es que la actividad crea neuronas. Los ejercicios físicos preservan la salud cardiovascular, los cognitivos preservan la mental.

Referencia Bibliográfica: Ortiz, Tomás. Neurociencia y Educación, 2011







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